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Mi amor por la restauración, los buenos vinos, el pan y los sitios singulares acaba de ampliarse con una página dedicada a los tés. Como consumidor de infusiones desde muy pequeño –en vez de Coca-Cola mi madre solía prepararnos grandes jarras de poleo menta como refresco– he redescubierto el mágico mundo de los tés a través de Tealosophy en Barcelona.

La recuperación de aquellos recuerdos se ha dado gracias a la lectura de unos recortes de prensa largamente guardados, pero también por complementariedad a mi cambio de dieta impuesto, eso sí, por mi médica de cabecera. Gracias a su sencilla guía he perdido 13 kg en tan solo cuatro meses, situándome en un IMC de 23 y saliendo de la zona de riesgo coronario por las imperceptibles y perjudiciales lipoproteínas de baja densidad.

Con la guía en la mano, ahora soy consciente de cuán pocas alternativas bajas en grasa hay en la mayoría de cartas. ¡Vaya faena para mi Manitas! ¡Vaya hueco de mercado para cocineros avispados! ¡Vaya gasto en ropa!

Inés Bertón, impulsora de Tealosophy, forma parte de un reducido grupo de expertas escogidas por las grandes empresas de tés para fijar las nuevas tendencias en el mundo de las infusiones. Resulta sorprendente que cuando te adentras en un nuevo arte, ya sea el culinario, barista, vinícola o ahora de los tés, la dimensión y profundidad son enormes. Y no solo eso, cuando lo has probado ya no te sirven las soluciones industriales de bajo precio. Mi consumo en cantidad ha bajado, mantenerlo sería impagable, pero en calidad ha subido y en plenitud se ha rellenado.

Aunque mi primera compra en Tealosophy se vio gravada por una confusión en el cambio que me dió la dependienta y que no me he atrevido a reclamar todavía – por dos bolsitas de las pequeñas acabé pagando 32 Euros en mi estreno en la tienda de Bonavista nº 3 de Barcelona– hoy he vuelto a comprar más variedades ya a normalizados 6€ la bolsita.

Si en Manitas he hablado del perfume de pan, ahora debo ampliarlo al perfume de los tés.

Eso sí, la preparación requiere amor y rigor: los minutos justos para la variedad escogida, el agua sin hervir, el bol adecuado, la cantidad de gramos indicada, en mi caso con unas gotitas de Stevia de Santiveri para endulzarlo, sin prisa, olfateando el vapor, saboreando el aroma sin engullirlo, captando por vía retronasal la complejidad de las mezclas de Inés Bertón.

¿Cómo? ¿Qué no te gusta el té? ¡Te digo que no lo has probado!

Empieza por el Royal Fruit; 3 minutos y cuéntame. Ah, recuerda, 6€ la bolsita; no hagas el primo como yo.

Tealosophy, c/ Bonavista nº 3 – esquina Passeig de Gràcia (Barcelona).