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[Entre corchetes mi última experiencia en Mayo 2013, un «déjà vu»]
Hace poco escribí sobre el restaurante Bcn Blau y los recortes de La Vanguardia titulados ‘Bueno, bonito y barato’ y ‘La calidad de la modestia’. Aquel fue el primero de la lista que tuve la suerte de probar y gracias a la buena experiencia me propuse explorar también los demás.
Los almuerzos de trabajo han vuelto a mi agenda, así que reservé mesa en el pequeño Gresca para abordar un asunto de nuevo negocio. Por desgracia, quién me tenía que acompañar me anuló en el último momento y sintiéndome mal por cancelarles a tan corto plazo, improvisamos un almuerzo de trabajo interino limitando nuestra comanda al menú. [«Déjà vu Mayo 2013»: hoy el cliente no ha fallado y me ha confesado que tenía muchas ganas de probar el Gresca.]
El Gresca es un local pequeño y alargado, con mesas para dos y cuatro comensales como mucho, decorado de forma sobria, elegante y prometedora. [«Déjà vu Mayo 2013»: efectivamente, sigue la misma decoración minimalista y promete igual.]

No obstante, el menú estaba alterado: de los cuatro platos entre primeros y segundos, tres no estaban disponibles; a veces las contingencias coinciden. Para no tentar más la suerte, me aventuré por las alternativas recomendadas por el servicio de la sala. [«Déjà vu Mayo 2013»: éramos los primeros comensales porque habíamos llegado algo temprano. Ahora bien, cuando nos decidimos a pedir, igual que hace dos años el menú estaba alterado y ‘no nos queda esto, pero tenemos eso otro’. No pasa nada, soy extremadamente flexible y al menos nosotros no nos habíamos decidido entrar por lo que ponía fuera en el tablón. Así que me dejé aconsejar y pedí ‘eso otro’.]
Ya lo sé, comparado con la desdicha de personas menos afortunadas, esta contingencia en la carta es una total banalidad. Pero, el hecho es que hoy no era mi día de suerte. No acerté ni con el primero, ni con el segundo, ni tampoco con el postre. [«Déjà vu Mayo 2013»: la ensalada de tacos de bacalao con hojas de espinacas estaba rica, pero el steak tarter, aún con un especiado interesante, no estaba libre de sangre. Eso no lo he visto nunca y es una sensación extraña.] Ni siquiera conseguí arreglarlo con el café con hielo, servido con cubitos triturados como si hubiera pedido un granizado. [«Déjà vu Mayo 2013»: me decidí por un poleo menta, de las pocas infusiones que después de la experiencia de Tealosophy me arriesgo pedir en un restaurante. No obstante, en el Gresca lo preparan en una tetera de hierro que suele impregnarse de los muchos tés anteriores, especialmente los negros, y eso altera el gusto de la menta. Dios, ¡qué mala suerte! Mi compañera de mesa pidió un granizado de café.] El pan tampoco ayudó. No es culpa del Gresca, porque ellos no lo elaboran. Pero, sí deciden los proveedores y me pregunto: ¿hace falta comprar a semejante panificadora? [«Déjà vu Mayo 2013»: si no es el mismo proveedor, el actual tampoco hace justicia al esfuerzo de estos restauradores.]
Eso sí, no quedaba ni una mesa libre. Debo rebobinar y probarlo de nuevo más adelante. Se percibe amor en la puesta en escena y seguro también en los fogones. Era ley de Murphy: si algo sale mal, lo más probable es que el resto salga peor. [«Déjà vu Mayo 2013»: ya lo decía hace dos años, ley de Murphy. Eso sí, no quedaba ni una mesa libre y en TripAdvisor lo valoran muy bien. Debo estar equivocado o tengo realmente muy mala suerte.]
Restaurante Gresca, Provença 230 (Barcelona). Tf. 93 451 61 93
Creo que mi elección fue más acertada, o quizás, tuve más suerte al elegir. El pato ahumado relleno de langostinos, espectacular, y el pescado (araña) también excelente. En el postre sí que fallé, los higos, calientes pierden mucho.
Fa temps que no hi vaig però fa uns tres anys per temes de feina m’anava bé dinar allà. M’agradava molt el menú del migdia. També el conec de carta (un parell o tres de vegades… ara no recordo).
L’únic a dir i no és pas una crítica, és que al ser tant acurat el menú de migdia, quan vas a la carta, penses he gaudit pràcticament igual i he pagat bastant més. Però això em passa en molts llocs en que el menú de migdia, ja és un menú de nivell.
Donç, ja veus Ricard, jo anava amb tota la il•lusió del món, encara que és cert, quan alguna cosa no m’acaba de fer el pes la primera vegada trigo en tornar. No sé, les crítiques que llegeixo són en general bones. Serà que no percebi l’art en aquesta cuina? Fins aviat i feliç dilluns.