Entre Cala Banys de Lloret de Mar y Vintage Launge de Aiguafreda hay otra terraza de excepción en Tossa de Mar. Se llama Bar del Far del Mar y se encuentra junto al Faro de Tossa, en lo más alto de la antigua fortificación. Un lugar extremadamente privilegiado a 70 metros de altitud, con una panorámica del Mediterráneo de ciento ochenta grados libres de cualquier interferencia a excepción de los destellos lumínicos del propio faro.

Bar del Far del Mar, Tossa de Mar (Girona)

La verdad, un oasis gracias a los fondos europeos de desarrollo regional conocidos como FEDER, ese generoso fondo estructural destinado al desarrollo económico de las regiones deprimidas de la Unión Europeo. Y Tossa lo era, doy fe, y todavía lo es, especialmente en invierno. Basta con darse un paseo por la villa a finales de Noviembre o incluso en verano entrando por la carretera desde Llagostera para darse cuenta de ello. Por si faltaba inversión, Tossa de Mar no se ha librado del derrumbe de la burbuja inmobiliaria y ha visto adornar su escaso extrarradio con fantasmagóricas estructuras de hormigón a medio terminar. No faltan vallas publicitarias con la pintura desconchada anunciando los últimos apartamentos de alto standing. El desarrollo económico en las regiones deprimidas ha quedado truncado por el colapso del perpetuum mobile, ese objeto imposible ya demostrado por Leonardo da Vinci.

Sin embargo, los fondos invertidos en el Centro de Interpretación de los Faros del Mediterráneo, nos permiten disfrutar de una Caipiriña en un lugar que ni los comunitarios más ricos podrían imaginarse. Setenta y cuatro mil Euros invertidos a fondo perdido, qué digo, a fondo ganado para quién quiera gastarse apenas tres Euros en un refresco para dudar de da Vinci.

Bar del Far del Mar (Tossa de Mar, Girona). Tf. +34 972 34 12 97