“A la Platja de Pals”, en una pineda cercana, se sitúa el restaurante Sivana Bosc. Dos grandes pinos atraviesan el techo de vigas de madera. Aplicando semiótica, eso tiene un significado. ¿Quién se gasta un dineral para cubrir una terraza-comedor dejando a salvo dos enormes coníferas?

Era una noche con viento, pero no hacía frío. Teníamos la mesa preparada junto a las grandes oberturas que daban al patio lleno de mesas. No había muchos comensales; era un dos de Octubre. De hecho, el Sivana ya cierra temporada.
Mi vista se iba a las “Anxoves amb xocolata” y me dije, si se habían salvado esas dos coníferas y un entrante retaba a mi mente adormecida y acomodada, el Sivana no podía ser un restaurante común.
La cocina es semiabierta. Muchos de los platos se preparan en unas enormes barbacoas. Entre los segundos había una prometedora selección de carnes: “vaca vella”, black Angus, xai de “Cal Pauet”, incluso hamburguesas veganas a la brasa… Y si prefieres pescado, también lo ofrecen a la brasa; no falta nada.

Como puedes ver en la cuenta, nos decidimos por la tierna burrata, los increíbles “musclos a la donostiarra” y la deliciosa focaccia con escalivada, cada cual mejor que el otro. ¡Cuánto tiempo sin comer platos con alma, del primero al último!
La web de Sivana Bosc proclama un lugar idílico, un ambiente desenfadado, amor por el producto y la proximidad. Firmo, es eso y más. Se respira amor por la restauración, incluso tras un estresante verano. Un must para el año que viene, que me quedé sin las “Anxoves amb xocolata”.
T: +34 628 60 48 33
gracias Philip, muy agradable leerte siempre