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Nos creemos en la desgracia y lo estamos. Pero, acabo de descubrir la oportunidad que tanto ven algunas culturas en las coyunturas de cambio. Quién hubiera imaginado que una humilde iniciativa de restauración en el Paseo Marítimo de Barcelona contara con una dirección gastronómica como la de Xavier Pellicer.

Por si fuera poco, en los fogones está Rafa de Valicourt, otro chef de trayectoria con una dilatada experiencia en un Relais & Chateaux de esos que tampoco alcanzan nuestros bolsillos, al menos no el mío. Mira el envidiable entorno de trabajo de Rafa de Valicourt hasta desplazarse a la costa barcelonesa; hay que tener ganas de pisar asfalto.
La crisis nos ha acercado chefs estrellados como Pellicer, el laureado cocinero del Àbac durante 10 años hasta su abrupta salida a principios del 2010 y nombre de referencia en el Can Fabes tras el repentino fallecimiento de Santi Santamaria en el 2011, dónde permaneció hasta principios de este año. Como buen patrón y celebrity que es para impulsar el interés por La Barraca, Pellicer se mueve entre cocina y sala preocupándose por el bienestar de los comensales.
Si tuviera que definir La Barraca utilizaría términos como ‘veraniego’, ‘informal’, ‘km0’, ‘asequible’, ‘sano’ y ‘excelente’. Me falló el pan, pero Xavier Pellicer me instruyó que tan cerca del mar no hay pan que se resista a la humedad. Ahora bien, en la Barraca he disfrutado de una ‘esqueixada’ como nunca había probado antes y una generosa* paella ‘d’arròs bomba, calamar, peix de llotja –procedente de Blanes–, rossellones, musclos i julivertada ‘ sencillamente espectacular. Sin vinos y sin postre salimos a 37€/pax, un precio superior a un menú de mediodía, pero considerablemente más barato que La Barceloneta que tanto añoro, pero cuyo precio supera mi capacidad de gasto.
El servicio lo prestan personal local, ilusionados y motivados como si se tratara de una start-up. Pero, aunque lleven pocas semanas, la balanza precio-beneficios cuenta con unos pesos pesados de resultado garantizado. Si Pellicer no se desanima, Valicourt no añora la Sierra del Cadí y el resto del personal no pierde esa ilusión de principio, la Barraca dará que hablar.
Recomendación para lectores de Manitas: si te decides probarlo, especifica que te gustaría una mesa junto a los ventanales. A mi me costó llegar a esa pole position, aunque entre plato y plato pedí un cambio de mesa y, ante el estupor del Maître –muy atento y paciente por cierto–, ¡acabamos en un privilegiado rincón de la pequeña terraza! Xavier Pellicer se nos acercó para explicarnos el concepto, el arte de Valicourt, la calidad de los ingredientes y el secreto de nuestra paella*.
Restaurante La Barraca, Passeig Marítim de la Barceloneta, 1 (Barcelona). Tf. 93 224 12 53
*Tuvieron una equivocación en cocina y, aunque éramos dos, nos sirvieron una paella para tres. Nos parecía generosa y aún así ¡no dejamos ni un grano de arroz! La pregunta sería: ¿Qué impresión se llevaron los de la mesa de tres con una paella para dos?